octubre 10, 2024

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Arabia Saudita se convirtió en nuevo protagonista del deporte mundial

Ronaldo, Neymar y Benzema estrellas del campeonato local, organización del Mundial-2034, Jon Rahm al circuito LIV Golf… El año 2023 fue la confirmación de un nuevo actor en el deporte, Arabia Saudita, cuyo protagonismo en la escena mundial no deja de crecer, pese a las críticas a este Estado ultraconservador del Golfo.

Con un papel residual en el mundo del deporte hasta hace una década, en los últimos años Arabia Saudita ha ido ganando protagonismo en el calendario de eventos con un Gran Premio de Fórmula 1, la organización del rally Dakar, las Supercopas de fútbol de Italia y España, la compra del Newcastle, el torneo Next Generation ATP Finals de tenis y la celebración de grandes combates de boxeo.

Pero el salto que dio Arabia Saudita en este 2023, propiciado por la política del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán de diversificar la economía del país y no depender sólo del petróleo, le ha llevado a convertirse en un actor fundamental de la industria del deporte.

– Ronaldo y Neymar, embajadores –

El primer gran movimiento llegó con el estreno del año, cuando la estrella portuguesa Cristiano Ronaldo fue presentado el 2 de enero como nuevo jugador del Al-Nassr, que con 37 años firmó por el club saudita por dos años y medio y un salario estimado en unos 200 millones de euros (215 millones de dólares).

Lo que pudo parecer al principio el retiro dorado del delantero luso, fue en realidad el inicio de la llegada de muchas estrellas del fútbol europeo, atraídas por los contratos ofrecidos por el reino saudita: Karim Benzema, Neymar, Sadio Mané, Riyad Mahrez, N’Golo Kanté, Jordan Henderson y la joven promesa del fútbol español Gabri Veiga.

El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, llegó a decir que la liga saudita ha «cambiado completamente el mercado».

El futuro dirá si el campeonato saudita se convierte en un Eldorado efímero como resultó ser la liga china hace unos años o realmente se convertirá en un competidor serio a los grandes campeonatos europeos.

«Creo que los presupuestos se han establecido desde hace unos cuantos años y no veo que vaya a frenar. Trabajo en el deporte desde hace 40 años y jamás he visto un proyecto tan grande y también tan determinado a ser un éxito», explicó a mediados de año el británico Peter Hutton, exdirigente de medios de comunicación europeos (Eurosport, Eleven) y hoy miembro del consejo de administración de la Saudi Pro League.

– Juegos de Invierno… ¡en el desierto! –

A la llegada de grandes futbolistas para potenciar el fútbol saudita se unió a comienzos de noviembre la confirmación de que el rico reino del Golfo será el organizador del Mundial de la FIFA-2034, siguiendo el exitoso ejemplo de su pequeño vecino Catar.

Ya tiene asegurada también la organización de la Copa de Asia de fútbol en 2027 y, más sorprendente, los Juegos Asiáticos de Invierno en 2029… ¡en pleno desierto y en Neom, una megaciudad futurista que aún no existe!

El apetito deportivo de Arabia Saudita continúa con la creación del circuito LIV Golf, con premios millonarios para sus participantes y que estuvo cerca de crear un cisma en el golf mundial, amenazando a los tradicionales circuitos estadounidense y europeo.

Un ejemplo revelador de lo que puede suponer la irrupción de los petrodólares en el deporte: el neoprofesional español Eugenio López-Chacarra ganó casi cinco millones de dólares hace un año por lograr uno de los torneos del LIV Golf en Bangkok, más de lo que se llevó su compatriota y estrella de la disciplina Jon Rahm por conquistar el Masters de Augusta, el torneo más importante del año.

– Rahm, el último en ser seducido –

Nuevo golpe de efecto: a comienzos de diciembre, Rahm anunció su fichaje por el LIV Golf con un contrato de entre 300 y 600 millones de dólares que incluiría una participación accionarial en un nuevo equipo.

Todo este proyecto tiene un fin último, como han reconocido los dirigentes sauditas: los Juegos Olímpicos de 2040.

Un proceso que parece imparable pese a que son numerosas las denuncias de entidades humanitarias contra Arabia Saudita por intentar lavar su imagen a través del deporte, en especial, el incumplimiento de derechos fundamentales de colectivos como las mujeres y los homosexuales.